miércoles, 19 de octubre de 2016

EL CONCEPTO, EL TEXTO Y EL ENTENDIMIENTO DE SÍ MISMO

Escrito por: Leidy Cañas TorresPsicóloga.
Para iniciar con la explicación es importante situar dos términos: la palabra y el concepto, la palabra no es lo mismo que un concepto, todo concepto requiere de una palabra para ser expresado y no toda palabra se constituye como concepto.

La argumentación se relaciona con el significante y significado de las estructuras lingüísticas y la relación de objeto sujeto, los significados quedan supeditados, enmarcando explicaciones mucho más amplias, como es la descripción del texto.

Tomando como referencia lo anterior se encuentra:

¿Qué es lo que constituye una palabra para ser concepto?, ¿qué le pido a una palabra?

Una simple palabra no logra generar apertura y significado para constituir un concepto, requiere de varias acepciones. El contenido histórico, contenido semántico y contenido filosófico: son fundamentos que estructuran y formulan el significado para ampliar el desarrollo del termino Concepto.
Así la referencia del concepto toma relevancia en la estructuración y significado dado por el interlocutor. En el momento de expresar, refutar, encaminar, cuestionar, trasladar y explicar una acción, se instaura una manifestación personal; la intención del escritor se fundamenta en el lenguaje y en la interacción fenomenológica creando y/o desarrollando un discurso.

Cuando se desarrolla un diálogo entre dos o más personas, la comunicación se amplia por medio de las acciones lingüísticas manifiestas en el contexto dialógico, puede surgir y encontrarse interpelaciones, estructuradas por la duda o incomprensión del tema o acto comunicativo. El fenómeno puede resolverse por medio de los interlocutores, en una acción básica o un acto lingüístico manifiesto en preguntas y respuestas, desarrolladas por las dudas manifiestas en la comunicación.

Por medio de esta descripción se estructura la siguiente pregunta: ¿para qué se lee?, Fundamentando la respuesta y según sea la tipología textual, el resultado será distinto. “Si todo discurso se actualiza como acontecimiento, todo discurso es comprendido como sentido” (Vélez, 2010, p. 88).

Concomitante a lo anterior, el texto no es efímero, la importancia de los actos discursivos escritos fijan intención comunicativa como una intención lingüística. “Es aquello que se realiza como discurso escrito y se destina a un lector que, al interpretarlo, puede abrirse a la comprensión de sí” (Vélez M., 2010, p. 88). Comprender un texto es comprenderse a sí mismo. 

De manera reciproca, en la acción comunicativa además del texto, se manifiesta el diálogo, propiciado por agentes protagonistas e interlocutores, donde están los dos: (tú y yo presentes). Por lo general en la escritura no se encuentran presentes en el mismo lugar el autor y el lector, siempre hay uno de los dos que no esta, en este caso el autor sería el ausente.

Por lo tanto, quién esta sólo es el lector… observemos la siguiente relación:  texto – lector,     sujeto – emisor,  sujeto - receptor.  Si alguno de los dos no entiende, puede interpela al otro, buscando una explicación. Qué ocurre cuando un lector lee un texto y no entiende, ¿qué opción le queda?
Se estructura la respuesta y se fundamenta en el cuestionamiento que puede hacer el lector  hacia el mismo texto. Cuando se genera una interpelación: el lector interpela al otro, en este caso, ¿a quién exhorta el lector?

Cuando el lector no encuentra a quién interpelar, surge o se genera un sentimiento de frustración, un sin sabor e impotencia, al generarse esta sensación, se intenta resolver la dificultad entendiendo, buscando y permitiendo dar solución a su angustia o problema.  Paralelamente, al autor le queda imposible ver la bibliografía de sus lectores. Es por esto, que el autor debe comprender y explicar el texto. Así que toda comprensión es para sí mismo y la explicación es para el otro, generando de nuevo el arco hermenéutico, en la medida que la explicación se desarrolle claramente, la comprensión de sí mismo se fundamenta. El sujeto o la persona explica mejor, si en su efecto comprende, en este sentido gana en comprensión. Es una comprensión de doble sentido (afuera – adentro, adentro – afuera), si comprende y explica bien, ineludiblemente el otro entiende.

Ahora bien, el arco hermenéutico se estructura como un proceso para la explicación, se requiere entender para explicar una idea o dar una interpelación, de esta manera la comprensión y la explicación se estructuran en un proceso continuo de actos tanto escriturales como verbales.

Se lee el texto para comprenderlo mejor. La comprensión acontece, en un darse cuenta “Dasain (Heidegger,1998) acontece en “Usted”, en el sujeto, en el lector. Es difícil explicar la dinámica en el otro, cuando no hace parte de la comprensión; en tanto más claridad se tenga, mayor consciencia tendrá la persona que en su proceso comprendió.

El lector que interpreta un texto puede abrirse a la comprensión de sí. Cuando la persona reconoce y reconstruye el sentido de un concepto, es capaz de realizar un ejercicio de observación, facilita una reconstrucción interna, se apropia de su introspección.

Consideraciones:

En ocasiones, lo que se piensa no concuerda con lo que se detalla o se plasma en la intención de la escritura, así se tenga claridad sobre un concepto de manera interpretativa y explicativa; la acción de redactar, plasmar y desarrollar la misma idea, dificulta la visualización de lo pensado en el desarrollo de lo escrito.

Si me comprendo a mí misma, se estructura una adecuada explicación en el otro, permitiendo, a la vez, un entendimiento interpretativo, por lo tanto, el alcance es por medio del otro, cuando el otro entiende, se fundamenta la compresión hermenéutica y esta a la vez  desarrolla una comprensión fenomenológica e introspectiva.

En el aspecto psicológico, se aclara que este enfoque es para personas racionalmente claras en sus procesos cognitivos, procesos de pensamiento y procesos lingüísticos. Algunas acciones descritas me llevaron a realizar conjeturas relacionadas con la interpelación que hace el otro, ¿cómo se evidencia en el aspecto social? e inclusive ¿cómo se desarrollan algunas facetas o áreas en el ámbito laboral? y ¿qué pasa cuando no comprenden? y mucho más cuando se esta en un ensimismamiento constante, donde no hay sujeto, no hay otro, no hay ilación.

Otra ambigüedad, esta relacionada con el aspecto consciente del sí mismo, cuando las personas se comunican o generan diálogos a partir de algunos estados involuntarios, se observa otro tipo de interpretación. La incongruencia radica en el estado subconsciente, es como si algunas personas estuvieran en un tiempo o espacio establecido interactuando con el otro, pero no saben en su sentir, vivencia y percepción, diferenciar quienes son; no interpelan, no saben que quieren, ni mucho identifican su comprensión.

Una de las posibilidades de relación autentica, es posibilitar las diferencias. Compartir el mundo interior de forma disímil, reconociendo al otro, identificando otras formas de vivenciar la realidad, por medio del sí mismo y por medio de la interacción, la vivencia y la congruencia manifiestas en los actos escriturales y lingüísticos; a partir de sí, a partir del otro.

La importancia reside en como un simple término “Concepto” puede llegar a transformar realidades, puede brindar explicación de un contenido hacia el otro, puede configurar psíquicamente el proceso de introspección de una persona, transmutar una realidad y mucho más instaurar la comprensión hacia sí mismo.
  
BIBLIOGRAFÍA
Guidano, V.  (1991). El sí mismo en proceso. Barcelona, editorial Paidós. 
Heidegger, M. (1998) Ser y tiempo, editorial Universitaria Santiago de
chile.
Ricoeur, P.  (2006) “El problema del doble sentido como problema hermenéu- tico y como problema semántico”. En: El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de Hermenéutica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Sartre, J. P. (1992). EL Existencialismo es un humanismo, Buenos Aires, Ediciones del 80.
Vélez, M. (2010). Ricoeur y el concepto del texto. Co-herencia, 7 (12), 85 - 116.










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