Por: Leidy Cañas Torres
Psicóloga. Magíster en Psicología
Representante Legal de la empresa
"Gerencia de sí mismo"
Cuántas veces le decimos bobo o tonta a otros
por el simple hecho de no ver lo que estamos percibiendo en ese momento. Y no
se trata de ver un objeto como tal como una puerta o una silla, sino de la
interpretación de la realidad personal, esa que vivimos a diario.
Compartimos creencias y valores y por medio de
ellas nos apropiamos de contextos hacia lo real. En este caso nos apropiamos de
lo que significa la vida; el amor, la amistad, los valores, la familia, los
grupos, entre otros, para muchos es un tema irreal, llevado por un ideal, para
otros es costumbre y está bien para algunos, pues se actúa como lo hacen los
demás así sea dañino o menospreciado. El maltrato y la violencia en ocasiones
entra en estas instancias, la falta de amor, la falta de autoestima y la poca
perseverancia pueden llevar a estados de baja satisfacción permanente, aunque
siempre están ahí, es tan común que no se desligan de la realidad ni del
pensamiento construido.
Partir de otra realidad es complejo pues es
como dejar de comer el alimento que diariamente se recibe. Apropiarse del amor
hacia sí mismo es una tarea difícil y mucho más apropiarse de sentido y de
significancia para sí como para los demás.
Hay realidades dadas por los símbolos cotidianos:
las marcas, el mercadeo, los medios de comunicación, todos ellos, día a día nos
inducen, nos crean percepciones y vivencias que son dadas a actuar pero que de una u otra forma no somos conscientes de ellas o del porqué nos comportamos de determinada manera. Un ejemplo a partir de los símbolos e imágenes se
encuentra detrás de un comercial como Coca Cola o Nike –busca un una marca que
te guste, cualquiera…, aunque algunas de ellas no siempre llevan a la
inestabilidad-, ni qué decir de la información dada por las noticias nacionales
y también por las internacionales, mensajes que nos llevan a alimentarnos
diariamente, productos, procesos, etiquetas, todas focalizan realidades,
estructuran gran parte la psicología del contexto, la percepción y la psicología del espacio.
Hay otras realidades construidas por tu familia de origen y por tu contexto social; modelamiento -modelado- hacia la forma de pensar e interpretar, a la vez hacia la manera de accionar. Hábitos que se instauran al comer, al caminar, al hablar y al representarse, identidades que te da el otro y con la que te acostumbraste aún sin saber que en ocasiones has cambiado de ser o de parecer, un ejemplo a representar se encuentra en las culturas que les gusta el ruido constante, por lo general son erudiciones extrovertidas que llevan a estar afuera -referido como ser para los demás no para sí mismos- y a la expresión constante –para muchos es una forma de gustarle la calle-. En la cultura se comparte, se abre espacios de creatividad e imaginación, sin embargo, cuando la persona quiere otro espacio para sí mismo, como una forma de meditación o una búsqueda del alma al querer escribir, cantar, o colorear, en muchos casos esos hábitos y la misma costumbre no se lo permite porque ese lugar o ese contexto lleva a estar embriagado por el ruido y por la excitación superflua en casos extremos, ahora bien, ¿qué se pude hacer?, aclarando que no es una forma de desestructurar lo que se encuentra, o de menospreciar lo que se actúa, todo lo contrario es la búsqueda a observar lo que se quiere y lo que se es.
Hay otras realidades construidas por tu familia de origen y por tu contexto social; modelamiento -modelado- hacia la forma de pensar e interpretar, a la vez hacia la manera de accionar. Hábitos que se instauran al comer, al caminar, al hablar y al representarse, identidades que te da el otro y con la que te acostumbraste aún sin saber que en ocasiones has cambiado de ser o de parecer, un ejemplo a representar se encuentra en las culturas que les gusta el ruido constante, por lo general son erudiciones extrovertidas que llevan a estar afuera -referido como ser para los demás no para sí mismos- y a la expresión constante –para muchos es una forma de gustarle la calle-. En la cultura se comparte, se abre espacios de creatividad e imaginación, sin embargo, cuando la persona quiere otro espacio para sí mismo, como una forma de meditación o una búsqueda del alma al querer escribir, cantar, o colorear, en muchos casos esos hábitos y la misma costumbre no se lo permite porque ese lugar o ese contexto lleva a estar embriagado por el ruido y por la excitación superflua en casos extremos, ahora bien, ¿qué se pude hacer?, aclarando que no es una forma de desestructurar lo que se encuentra, o de menospreciar lo que se actúa, todo lo contrario es la búsqueda a observar lo que se quiere y lo que se es.
Hay un cuento llamado “piel de foca, piel de
alma” plasmado en el libro de Pinkola Estés en el que se ilustra la forma de
vender la propia vida o la propia alma en casos en los que quieres estar
y en otros casos extremos se te obliga a ello, en ocasiones, algunas personas no se
percatan de que el cambio es necesario. No se puede seguir siendo adolescente
eterno, no siempre la música fuerte es necesaria, donde hay una voz interior
que te lleva a ese despertar o a ese interrogatorio personal de cómo te está andando
y de cómo soportas algunas palabras o algunos tratos que no corresponden con tu
realidad.
Realidades, ves, la cosa no es tan simple…
Hay otras realidades en el subconsciente dado
por esos cuentos, expresiones o imágenes que recreaste desde pequeño, momentos
y vivencias que no se tienen claras, están ahí en tu psiquismo, salen y
desaparecen, se muestran en sueños y de repente no sabes porqué, es más se
genera la inquietud sobre si es real o si simplemente es algo que te
inventaste. Para ilustrar este ejemplo se encuentra una película llamada “La
memoria de Marnie” https://youtu.be/JeDyp2JkvEs en ella se
observa como la historia de familia, busca mostrarse constantemente, aparece en
sueños, visiones y representaciones, en ocasiones reales y en otras no tanto,
dado por la confusión que implica el mismo desconocimiento. De nuevo, dado la
reciprocidad hacia nuestra propia vida, nos creemos divididos y no lo estamos.
El inconsciente habla, habla constantemente, verlo o no verlo es tu
elección.
Para finalizar, ¿cuántas realidades podemos
tener? ¿Cuántas realidades podemos evocar? ¿Qué nos queda? ¿Con qué nos
cobijamos? ¿Qué es lo que apropiamos? ¿Qué es lo que elegimos?
Te invito a ver el siguiente video en el que se relaciona las realidades con los cambios de paradigmas -nuevas formas de interpretar la realidad- y como se genera resistencia a imágenes preconcebidas.
Seguí observando, construye nuevos conceptos 👩💻➡➡➡
Te invito a ver el siguiente video en el que se relaciona las realidades con los cambios de paradigmas -nuevas formas de interpretar la realidad- y como se genera resistencia a imágenes preconcebidas.
Seguí observando, construye nuevos conceptos 👩💻➡➡➡
Bibliografía
Jung, C. G. (2010). Sobre el desarrollo de la personalidad.
Madrid: Trotta.
Martuccelli, D. (2017). La individuación como macrosociología
de la sociedad singularista.
Stevens, A. (1994). Jung o la búsqueda de la identidad.
Madrid: Debate.
Villalobos, M. (2008). Hilaturas Hebras Arquetipales.
Tique.
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