Por: Leidy Cañas Torres
Psicóloga y Magíster en Psicología.
Gerente y representante legal
de la empresa
"Gerencia de sí mismo"
Les comparto un video en el que observas una percepción muy reiterativa en el contexto. Vemos a la adultez intermedia o la mitad de la vida como un mito, como algo muy textual y real... y bueno, si fuera de esta manera no pasaría nada dañino, eso estaría bien; lo que normalmente se expresa son opiniones dadas a partir del desconocimiento, del maltrato y de la negación solo por el simple hecho de reconocer que somos seres humanos y nos encontramos en un proceso de aprendizaje y transformación.
Vemos como personas de 40 ó 50 años se consideran viejas porque así lo nombran algunas personas a partir de los prejuicios en determinadas culturas y sociedades.
Por lo tanto, es importante comprender cómo ocurre esta transición entre la primera y segunda mitad de la vida, lo cual, lleva a interesarse por la denominada adultez intermedia o mediana edad.
Es posible preguntarse, ¿es necesario proponer actividades y estrategias de trabajo con las personas en la adultez intermedia? Para dar respuesta, basta recordar lo que decía Jung:
“Tengo que decirles que pienso que alguien que ha ido al colegio y a la universidad todavía no está educado. Deberíamos tener cursos de formación continua no sólo para jóvenes, sino también para adultos. Educamos a las personas sólo para que puedan ganarse la vida y casarse. Entonces se acaba la educación, como si las personas ya estuvieran terminadas. La solución de las demás cuestiones complejísimas de la vida queda a cargo del individuo, con su opinión y su ignorancia. Innumerables matrimonios fracasados y desdichados, innumerables decepciones laborales, se deben únicamente a las carencias educativas de los adultos, que a menudo viven en una ignorancia profundísima sobre las cosas más importantes” (Jung, 2010, p. 56).
Jung manifestó cómo en la adultez intermedia se experimenta una transición, un cambio, desarrollándose principalmente el proceso de individuación. Para Jung, la individuación se relaciona con la participación de la consciencia, el equilibrio, la integración del yo y la autorrealización de sí mismo (Jung, 2011).
Jung Propuso dos momentos en la existencia, a los cuales nombra como primera y segunda mitad de la vida (Ramos, 2014). En la primera mitad, se encontraría lo que en la psicología del desarrollo se ha denominado como niñez, adolescencia, juventud y adultez temprana. La segunda mitad de la vida, corresponde a lo que se ha descrito como adultez intermedia, adultez tardía y ancianidad.
La auto-educación tiene una base imprescindible: el auto-conocimiento. El auto-conocimiento lo obtenemos mediante el estudio crítico de nuestras acciones y mediante el enjuiciamiento de nuestras acciones por otros (Jung, 2010, p. 57).
Para implementar estrategias de aprendizaje y conocimiento, lo minímo es cuestionar algunas interpelaciones cotidianas, sucesos, expresiones y acontecimientos que de una u otra manera no te son agradables.
Brindemos apertura a los procesos internos, celebremos juntos el conocimiento y la adultez.
Vemos como personas de 40 ó 50 años se consideran viejas porque así lo nombran algunas personas a partir de los prejuicios en determinadas culturas y sociedades.
Por lo tanto, es importante comprender cómo ocurre esta transición entre la primera y segunda mitad de la vida, lo cual, lleva a interesarse por la denominada adultez intermedia o mediana edad.
Es posible preguntarse, ¿es necesario proponer actividades y estrategias de trabajo con las personas en la adultez intermedia? Para dar respuesta, basta recordar lo que decía Jung:
“Tengo que decirles que pienso que alguien que ha ido al colegio y a la universidad todavía no está educado. Deberíamos tener cursos de formación continua no sólo para jóvenes, sino también para adultos. Educamos a las personas sólo para que puedan ganarse la vida y casarse. Entonces se acaba la educación, como si las personas ya estuvieran terminadas. La solución de las demás cuestiones complejísimas de la vida queda a cargo del individuo, con su opinión y su ignorancia. Innumerables matrimonios fracasados y desdichados, innumerables decepciones laborales, se deben únicamente a las carencias educativas de los adultos, que a menudo viven en una ignorancia profundísima sobre las cosas más importantes” (Jung, 2010, p. 56).
Jung manifestó cómo en la adultez intermedia se experimenta una transición, un cambio, desarrollándose principalmente el proceso de individuación. Para Jung, la individuación se relaciona con la participación de la consciencia, el equilibrio, la integración del yo y la autorrealización de sí mismo (Jung, 2011).
Jung Propuso dos momentos en la existencia, a los cuales nombra como primera y segunda mitad de la vida (Ramos, 2014). En la primera mitad, se encontraría lo que en la psicología del desarrollo se ha denominado como niñez, adolescencia, juventud y adultez temprana. La segunda mitad de la vida, corresponde a lo que se ha descrito como adultez intermedia, adultez tardía y ancianidad.
La auto-educación tiene una base imprescindible: el auto-conocimiento. El auto-conocimiento lo obtenemos mediante el estudio crítico de nuestras acciones y mediante el enjuiciamiento de nuestras acciones por otros (Jung, 2010, p. 57).
Para implementar estrategias de aprendizaje y conocimiento, lo minímo es cuestionar algunas interpelaciones cotidianas, sucesos, expresiones y acontecimientos que de una u otra manera no te son agradables.
Brindemos apertura a los procesos internos, celebremos juntos el conocimiento y la adultez.
Chequea el video en el siguiente enlace:
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