Base Para La Empleabilidad, La Reciprocidad Y La Eficacia De Los Resultados
El conocimiento y la sabiduría son las bases para el trabajo en
diferentes habilidades del saber, prácticas de ejecución y corresponsabilidad
de los resultados, aunque actualmente se encuentran competencias que
complementan y llevan a la persona a desarrollar un triunfo rotundo, el éxito
surge a partir de la unión de habilidades que llevan al hacer, recopilando experiencias
y en algunos casos acontecimientos inesperados dados a partir de la intuición,
con bosquejos y prácticas continuas permeadas por el aprendizaje y el saber.
En algunos campos surgen personas talentosas, sin estudios académicos,
quienes adquieren competencias y una buena productividad a pesar de muchas
dificultades. En otras situaciones se encuentran personas con carencias, con
aprietos y con altercados aún mayores, sin posibilidades de suplir su esfuerzo
y su habilidad, actuando escasas probabilidades de sustituir algunos puestos o
cargos.
Así, en el ámbito laboral vivenciado por diferentes campos y
circunstancias, hay situaciones de poder, de mando, de política, y en algunos
casos roles desfigurados… en ocasiones mal dirigidos y en otras instancias con
ideas a bordo un tanto eficaces.
Aunando percepciones y contradicciones nos encontramos con múltiples
realidades donde el trabajo es visto como una fortuna, desdicha o gracia, pero
independiente de las condiciones socioeconómicas que también inciden en las
competencias, ellas están para enfatizar esa misión y esa labor que tanto
agrada.
Las competencias sirven de argumento y por supuesto son una base
fundamental para los empleos laborales, para las posturas sociales y para los proyectos
educativos, sin embargo, a pesar de algunas creencias relacionadas con la
sincronicidad y la ley de atracción, en las que los aprendizajes son procesos,
y en los que con tropiezos o dificultades se encuentran pruebas para superarlos,
para muchos de igual forma llevan a una ardua labor pero con un gusto
inalcanzable.
Bajo estas percepciones se encuentran múltiples realidades. Una realidad
que se puede observar, -al parecer- puede estar relacionada con otros contextos
diferentes a la relación de los puestos, cargos y por supuesto a las competencias
y actitudes que se necesita para superar obstáculos sociales, personales e
interpersonales.
Las competencias son una forma de organizar las labores a desempeñar, de
dar un orden a las cosas, además del conocimiento que se prevé de humildad, es
la seguridad al expresar “Yo sé hacer eso” no por necesidad, ni por aparentar,
sino porque llevan al hacer, con un gusto real.
Cuantas personas quieren hacer o imitar una acción porque ven que a el
otro le va bien, pero lo que no observan es que su éxito o aprobación está afín
a sus gustos y a sus competencias; de hecho se observan y se reconocen, algunos
se conocen a sí mismo, lo que los lleva a ejecutar y a ser felices por medio de
su conocimiento e instinto.
La contribución se fundamenta con lo que se es. Hacer un trabajo con
agrado y con conocimiento genera orden, coherencia y brinda crecimiento no solo
a la sociedad sino también al individuo; quien necesita entender, tener discernimiento
y al mismo tiempo llevar a cabo la experiencia de ese mismo saber para luego
compartirlo.
En términos empresariales unas competencias bien dirigidas crean nuevas
oportunidades de negocios, fortalecen las relaciones inter e intrapersonales, y
genera buenos resultado a partir de las metas u objetivos, bajo otros ámbitos
tanto individuales como colectivos se lleva a lo agradable -la labor se hace con satisfacción- con
corresponsabilidad de términos sociales dados a la contribución, a la innovación
y al beneficio de instaurar continuamente creatividad bajo la búsqueda de algo
mucho mejor.

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